Cochi, Giuliano; Echegoyen, Juan Cruz; Flaccavento, Manuel
Resumen:
Actualmente, se observa un creciente consumo de colágeno entre mujeres
menopáusicas, influenciado por la desinformación difundida en redes sociales, medios y
por parte de algunas empresas y profesionales. Si bien es una proteína estructural
presente en huesos, articulaciones y piel, y su producción disminuye con la edad, no hay
consenso científico sólido sobre la eficacia de los suplementos, especialmente en
relación con la prevención de enfermedades como la osteoporosis.
Este trabajo de investigación tiene como objetivo analizar el motivo por el cual las
mujeres en etapa menopáusica consumen colágeno como suplemento, y si realmente
conocen sus beneficios, funciones y efectos. Para ello, se utilizará una metodología
observacional descriptiva, combinando encuestas y entrevistas.
La muestra estará compuesta exclusivamente por mujeres en menopausia que hayan
consumido o estén consumiendo dicha proteína estructural. Se aplicarán filtros en las
encuestas para asegurar que las participantes cumplan con los criterios de inclusión.
Posteriormente, se entrevistará a quienes afirmen consumir colágeno, indagando
aspectos como la motivación del consumo, marcas utilizadas, recomendaciones
profesionales y fuentes de información.
A su vez, se destacará la importancia de una alimentación adecuada, la vitamina C,
y el ejercicio físico en la salud ósea y muscular, promoviendo una visión crítica frente a
las tendencias estéticas que desplazan el enfoque de salud.
A partir de los resultados obtenidos, se concluye que el consumo de colágeno en mujeres
menopáusicas está altamente influenciado por factores sociales y culturales, más que
por una comprensión informada de sus beneficios reales. La mayoría de las mujeres
entrevistadas comenzó a tomar el suplemento por recomendaciones de su entorno
cercano o medios masivos, sin respaldo profesional suficiente ni una continuidad
adecuada en el consumo.
Pese a que algunas entrevistadas mencionaron mejoras, estas estuvieron acompañadas
por cambios en el estilo de vida, lo que dificulta atribuir los beneficios exclusivamente al
colágeno. Además, la mayoría no lo consumió por más de tres meses ni de forma
constante, lo que limita aún más la interpretación de los resultados.
Dado que el colágeno se encuentra clasificado como suplemento de categoría B por la
IAS, no existe aún suficiente evidencia científica que respalde de forma concluyente sus
beneficios. Por ello, se resalta la importancia de fomentar el acceso a información clara
y basada en evidencia para que las mujeres puedan tomar decisiones conscientes
respecto a su consumo.