Resumen:
Actualmente se concibe al diseñador como un planificador de productos culturales y un partícipe decisivo en la configuración del medio social. Por tanto, ha de recibir una formación que le permita desafiar, explorar y descubrir horizontes cada vez más amplios. En ese sentido, la pedagogía del diseño se enfrenta desde hace décadas al desafío que supone encontrar un equilibrio entre el pensamiento lógico y la creatividad, pues uno y la otra son inherentes a todo el proceso de diseño.