Resumen:
Consideramos fundamental comprender qué lugar ocupa
el público y qué herramientas utilizamos para vincularnos
con él. Para ello, nos proponemos caracterizar en primer
lugar el concepto de público objetivo y su vital relevancia, desde el
diseño de producción, en la concepción de cualquier proyecto, sin
importar a qué sistema de producción pertenezca ni en qué circuito
transite luego. A partir de allí, analizamos tres modalidades: la
formación de espectadores, entendida como las políticas culturales
de fomento del hábito y la práctica de ver teatro; el desarrollo de
públicos como las acciones orientadas al crecimiento del mercado
y la demanda; y la gestión de audiencias, es decir el conocimiento y
seguimiento de los vínculos con los asistentes a los espacios escénicos.