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Giulio Carlo Argan fue el último representante de una gran tradición crítica que corresponde históricamente a los movimientos de arte moderno. De hecho, el crítico y ensayista italiano proviene de una escuela (la de Adolfo y Lionello Venturi) que busca el significado del arte en su historia, más que las facultades innatas o los principios absolutos. Fue Argan, por cierto, quien tomó esta orientación como la última consecuencia: si el arte es un fenómeno histórico, no hay garantía de que sea eterno. La desaparición de las artesanías, de las cuales el arte fue guía y modelo, y el surgimiento de la producción industrial, que se basa en otros principios, bien pueden determinar el fin del arte como una actividad culturalmente relevante. Esta tesis y los antecedentes de este arte moderno. Unas 750 ilustraciones y un texto primordial comprenden este clásico de la historia del arte. |
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