Resumen:
En nuestros días manejar una moto con responsabilidad parece ser complicado. Este medio de transporte se ha popularizado abarcando diversas clases sociales y sirviendo a diferentes fines (esparcimiento, familiar, deportivo y laboral), pero no dejan de ser una realidad social generadora de varios conflictos. Su utilización desmedida y negligente se cobra a varios automovilistas injustamente. En numerosos casos, para no decir en todos los casos, el conductor de un automóvil resulta ser responsable aunque no culpable de un siniestro con una moto. La jurisprudencia se ha inclinado en reiteradas ocasiones a favor del motociclista en lugar de quien ha sufrido el daño dando lugar así a una nueva víctima de un daño injusto (el propietario del automotor que debe indemnizar al herido).