Resumen:
En los últimos años, el crecimiento de actividades agrícolas periurbanas y domésticas (como huertas agroecológicas, huertas orgánicas, huertas urbanas, huertas escolares, etc.) representa una oportunidad de independencia alimentaria. En contraposición, existen riesgos relacionados a la calidad de los alimentos producidos, vinculados con la calidad de los recursos suelo y agua de riego. En la periferia de la Ciudad de Buenos Aires y en los cordones del Conurbano Bonaerense, muchos asentamientos urbanos se ubican en espacios donde la actividad industrial ha representado la principal actividad económica. En particular, el plomo representa uno de los metales más problemáticos para las zonas nombradas dada la extensiva actividad vinculada a la destilación de petróleo y fabricación de acumuladores. El riesgo es exacerbado en la medida que muchos de estos asentamientos carecen de una red de abastecimiento de agua potable, utilizando para riego o cultivo en hidroponía, agua de pozos artesianos.