Resumen:
La crisis global de nuestros días tiene dos factores, actuando el primero como disparador del segundo: por un lado, la llamada “crisis financiera”, producto de la especulación financiera global que la ausencia de regulaciones permitió y potenció, y cuyo reflejo fue el nacimiento y final de la burbuja inmobiliaria, con epicentro en EE.UU., Europa y Japón, y por otro (y que se pone de manifiesto más claramente como consecuencia de la primera) la “crisis del modelo económico global hegemónico” que se refleja en los déficit fiscal y externo de EE.UU. y su contracara, que es la acumulación de reservas y el ahorro interno de China.