Resumen:
Ningún ciudadano niega las ventajas de la modernización del Estado,
especialmente cuando la misma va de la mano de la incorporación de
herramientas tecnológicas que reducen costos, ahorran tiempo y
agilizan trámites, todo ello en pos de optimizar la relación
administrador-administrado.
Cuando esa modernización avanza y vulnera garantías individuales, el
ciudadano ya no observa solamente las mencionadas ventajas sino que
comienza a preocuparse por el impacto que dichas implementaciones
producen en su vida cotidiana.