Resumen:
Las demandas cotidianas que recibimos como peritos nos posicionan en un lugar de
poder, a partir del cual se nos supone un saber. Poder que en momentos posteriores se
nos quita a partir de los cuestionamientos a nuestra práctica. A partir de este registro,
deberemos revisar y optimizar nuestro hacer cotidiano. Nuestra tarea supone la
construcción de un espacio interdisciplinario, base de la psicología jurídica, por lo que nos
encontramos con la difícil tarea de vaciar el lugar que nos propone el discurso del poder,
para instalar otro que implique la construcción de un campo disciplinar conjunto.