Resumen:
Cuando se dice que se gobierna bien pero se comunica mal, se
dice una mentira. La comunicación política tiene un objetivo:
generar consenso. Si la comunicación política no actúa bien, no
hay consenso y si no hay consenso, no hay buena gestión. El
consenso es la búsqueda de acuerdos políticamente operantes
centrados en la idea de que, si bien puede haber (y de hecho
probablemente siempre existan) grupos en los márgenes del
consenso, o bien fuera de éste, las políticas de un gobierno deben
ser aceptadas socialmente por la mayor cantidad de personas.
Éste también es un modo de entender la legitimidad como elemento clave para dotar de estabilidad a un gobierno. Por ello, el
cambio social discontinuo, que crea fuertes desequilibrios entre
las expectativas y las posibilidades, hace del consenso y por ende
de la estabilidad política, un bien escaso